lunes, 13 de octubre de 2014

Cuando existe algo más que egoísmo e intereses



En nuestras vidas, marcadas en demasía por el sentimiento y el deseo de poseer, de tener, sin precisamente tener apenas en cuenta siquiera si lo que se quiere poseer o tener, tiene alguna verdadera necesidad, no somos muchas veces capaces de sustraernos, de eludir, lo que como una fuerza de una marea loca nos hace hacer lo que el medio que nos rodea nos impone y no lo que nuestro sentimiento íntimo y personal quisiera realmente hacer.
Del mismo modo, tenemos relacionado con los anteriores deseos, los deseos expresados de tener y poseer, el de aparentar. Aparentar por esto que se posee, haciendo del tener y no del ser un modo de vivir. Así, incluso las relaciones entre las personas se miran más por interés, intereses, que por verdaderos sentimientos, sentimientos de amor, apoyo, respeto y entrega, entrega compartida. Pues, ¿quién estaría dispuesto a compartir su vida con una persona sabiendo que tiene que sacrificarse y dedicarse a su cuidado?, ¿quién no abandonaría a alguien así fingiendo cualquier otra útil y fácil excusa?, ¿quién no diría, "bueno, yo me voy a vivir mi vida"?
Sabemos que muchos, de palabra, dirán que no, que ellos o ellas siempre estarían ahí, en lo bueno y en lo malo, como se suele decir. Sabemos, también, que es fácil hablar y que un poco más difícil es poner en práctica lo que se habla. La práctica y la teoría son mundos lejanos en el comportamiento humano.
Sin embargo, de la misma forma, aunque desde luego no en igual cuantía,  que vemos actos egoístas, crueles, venales y muy reprobables, también vemos hechos, hechos reales, que son precisamente lo contrario: fraternales, solidarios, encomiables. Benditos actos estos que hacen de algunos de nosotros verdaderos seres humanos.
Recientemente conocía la historia de una persona y su final trágico junto a su pareja. Trágico pero con un bello final. Estoy hablando de Tod Fletcher, un estadounidense defensor del medioambiente y también una persona con carácter crítico, que, por ejemplo, desde el comienzo no pudo creer la increíble versión oficial de los sucesos del 11 S en su país. Y  todo esto eclipsado por su enorme fondo humano. Su historia se cruzó con la de la mujer que luego fue su esposa, Susan Elizabeth, una profesora de literatura inglesa. Su mujer sufría de una dolorosa y grave enfermedad, conocida como hipersensibilidad al medioambiente, enfermedad que se agravó con el tiempo y que pese a ello mantuvo a Tod Fletcher más próximo todavía a ella. Finalmente, la situación de dolor  insufrible e inviabilidad de la situación de Elizabeth condujo a un final doloroso pero lleno de amor. Lo describe uno de sus grandes amigos, David Ray Griffin, analista político y profesor de filosofía de la religión y de teología, al que envió una carta de despedida.
La actuación final de Tod fue tan altruista como el resto de su vida. Después de 28 años de sufrimiento, la hipersensibilidad de Susan había llegado a un grado intolerable, pues se ponía enferma por cualquier cosa en el medioambiente, incluyendo su propia ropa. Estando en agonía todo el tiempo, Susan necesitaba ayuda para acabar su vida, y Tod no quiso vivir sin ella.
Con una elegante simplicidad él escribió a otros dos amigos y a mí por correo ordinario, diciéndonos que para cuando recibiésemos las cartas, él y Susan estarían en un mejor lugar.  Después, el 30 de septiembre, llevó a Susan a la costa del parque nacional de Point Reyes [California], de donde ellos se fueron juntos.
Echaré terriblemente de menos a Tod -como ayudante, colega y amigo-. Él fue uno de los mejores seres humanos que he sido bendecido de conocer. 1
Es cierto que el mundo es como son los seres humanos, pocas veces ejemplares, como el mundo que crean. Pero, a veces, no tantas como quisiéramos, hay personas y hechos que hacen estas personas que están fuera de lo común, que emergen de lo banal y de lo venal, de lo mucho de malo y poco de bueno de casi todos nosotros. 
Descansen en paz Tod y Elizabeth. Una bellísima historia de amor.

Notas:
1, David Ray Griffin. In Memory of 9/11 Activist Tod Fletcher: A Life of Service (1952-2014). Global Research. 8.10.2014.




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