martes, 19 de enero de 2016

Una concentración contra la violencia de género


Son las ocho menos cinco de la tarde, ya hay bastante gente en la plaza, que se reúne, portando pancartas, en una concentración denunciando el asesinato que tuvo lugar la noche pasada. José mató a su mujer Adelia tras una discusión: los vecinos dicen que últimamente los enfrentamientos y la distancia en la pareja habían ido a más, estaban en trámites de separación y las cosas se habían enconado con el reparto de bienes. Él tenía 67, ella 62, y nunca hasta ahora se habían visto malos gestos ni malos modos en su relación; los más allegados comentan con pesar como algo que funcionó bien durante más de 30 años se desplomó el último que vivieron juntos.
Los vecinos no están muy de acuerdo con lo que se pretende mostrar en la concentración anunciada a las 8, hay una pancarta que han traído unas mujeres en la que pone el nombre y apellidos de José junto al calificativo de "asesino". No están de acuerdo que se ponga así y sobre todo por la relación que se hace con la familia al mostrar los apellidos. Bastantes vecinos no acuden al acontecimiento y otros van allí a mostrar sus quejas. Además, se une al malestar el que entre los que portan la pancarta está Juan. Juan, haciendo honor a su nombre, es un don Juan que no tiene reglas ni límites en los asuntos de mujeres. Pero no solo en lo relativo a con quien tiene o quiere tener una relación, sino a cómo trata a las hembras que por su manos han pasado. Allí y ahora está con Gemma, su actual pareja, cerca de ellos está Carmen, que fue la ex de Juan y también fue amiga de Gemma. Nada anormal si no fuese por que Gemma antes de estar con Juan conocía como este humillaba y pegaba a su amiga. Nunca lo denunció. Es más, a los meses ya mantenía relaciones con el don Juan, al mismo tiempo que estaba con Carmen. Ahora ambas mujeres protestan contra la violencia de género junto a un maltratador, su maltratador. La situación tampoco es desconocida por otras allí presentes; pero como es tan galán, tan guapo y tan violento cuando se enfada...
Los vecinos se acaban riñendo y la situación estalla. No podía ser de otro modo.
- ¡Basta ya de tanta hipocresía! -Grita enfadado un señor mayor llamado Fernando, que todos conocen y respetan- ¿Qué hace ese aquí? -y señala a Juan-
Los presentes callan y miran a Gemma y su pareja. Estos, ante las miradas acusadoras del grupo, abandonan con prontitud el lugar. En la concentración reina ahora el silencio y en unos pocos minutos van abandonando la plaza pensando y reflexionando sobre  lo ocurrido. Hoy han aprendido una lección, sobre todo las más jóvenes, y se la ha tenido que dar un hombre, un hombre mayor ducho en el saber de la vida y equilibrado en su criterio de la justicia.

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